Hace ya un año, mi chico, mis gatos y yo hicimos un pequeño gran cambio en nuestra vida. Nos mudamos a un municipio cercano a nuestra ciudad natal. Puede parecer una tontería pero, para mí, el hecho de irnos de Barcelona, dejar nuestro barrio de toda la vida, irnos más lejos del mar, de nuestra familia, de todo lo que nos rodea en nuestro día a día... era un paso que me daba cierto vértigo, aunque también tenía ganas de hacer.
Ahora que ya hace un año de esto y veo las cosas en perspectiva, me he dado cuenta de que mi vida ha cambiando en algunas cosas. Este fin de semana he estado dándole vueltas a todo y a la importancia que, para mí, tiene el sentirnos a gusto en el lugar en el que vivimos, en nuestro entorno y ambiente. En mi caso, he tenido la suerte de encontrarme muy bien en el lugar dónde estamos ahora. Estamos en un piso que adoro y en el que se respira tranquilidad en todo momento, tenemos una terraza con vistas a la montaña en la que tomar el sol en verano, hacer barbacoas o tomar algo tranquilamente, salimos de casa y tenemos la montaña a pocos metros, para pasear por allí o simplemente para disfrutar de las vistas, el ambiente que se respira por las calles es diferente al de las calles de una gran ciudad, disfrutamos de los eventos que se hacen algunos fines de semana en el pueblo, estoy viendo más atardeceres bonitos que nunca...
Disfrutar del ambiente en el que vivimos, nos ayuda a sentirnos bien. A veces, tenemos la suerte de que el lugar en el que estamos ya de por sí nos hace sentir bien, aunque quizá hayamos tenido que renunciar a otras cosas haciendo el cambio. En este caso, creo que es muy importante que pongamos el foco en lo positivo de lo que nos rodea. Otras veces, el lugar en el que nos "toca" vivir en este momento, no nos gusta tanto. Igual no nos es tan sencillo simplemente centrarnos en lo positivo, porque no lo vemos a simple vista. Así que, mientras no podamos cambiarlo, es el momento de buscar, explorar el sitio en el que estamos viviendo, buscar rincones que nos hagan sentir bien y hacerlos nuestros, salir a pasear y observar lo que nos rodea... puede que nos estemos perdiendo muchas cosas bonitas :)
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