POR QUÉ MARCARNOS OBJETIVOS DIARIOS

Hace un par de meses empecé a incluir un hábito nuevo en mi rutina de organización diaria. Siempre he sido muy partidaria de las listas para ordenar mis ideas y las cosas que tengo que hacer. Creo que eso me facilita muchísimo trabajo a la hora de ponerme a hacer cosas, y a la vez, consigo sentirme más desahogada en mi día a día, sin necesidad de tener que recordarlo todo. Lo apunto, y listo.

En estos últimos dos meses he empezado a hacerme una mini lista de cosas por hacer cada día, y, aunque de entrada pueda parecer estresante, el efecto para mí ha sido todo lo contrario.

Marcarnos unos cuantos objetivos diarios (en mi caso han sido tareas que quería hacer durante el día), nos ayuda a ser productivos cada día, centrarnos en las tareas concretas que tenemos que realizar y a la vez no agobiarnos por el cúmulo de trabajo.

En estos últimos dos meses he conseguido realizar más trabajo del que probablemente he hecho en muchos otros meses anteriores, simplemente por el hecho de marcarme 5 tareas concretas diarias por hacer.

Este pequeño hábito me ha servido para muchísimas cosas, y por eso quería compartirlo con vosotros.

En primer lugar, he conseguido tachar muchas cosas de la famosa lista de tareas pendientes, de esas que dan tanta pereza y que vamos acumulando, como por ejemplo, pedir hora al médico, cerrar gestiones de papeleo, darme de baja en alguna revista, ordenar las fotos en el ordenador... Esas cosas que tenemos que hacer algún día y que realmente no corren prisa, pero ahí las tenemos en mente hasta que las hacemos. Simplemente repartiendo una tarea por día, en una semana podemos tener la mitad de la lista hecha. Y sin agobiarnos.
Además, al tener cada día claro lo que tenía que hacer, me he sentido mucho más productiva. Al anotar las tareas o mini objetivos del día, tienes claro qué hacer y por otra parte, consigues comprometerte con esas tareas, y hacerlas sí o sí. Encontrar el momento en ese día para hacerlas. 
Una de las cosas que, sin duda, me ha ayudado a conseguirlo es marcarme solamente 5 tareas al día. Creo que es un número perfecto para este hábito. Ni muy pocas, ya que entonces no avanzaríamos; ni demasiadas, porque sino probablemente las tendríamos que ir arrastrando de un día para otro. Además, procuro repartirlas de manera que si hay alguna actividad densa, el resto sean cortitas. La cuestión es dejar trabajo hecho cada día.
Con esto he conseguido de rebote sentirme mucho mejor. No solo el estrés disminuye, ya que sientes que avanzas cada día, sino que te sientes satisfecho por el trabajo hecho. Y eso es genial.

Este ha sido uno de los hábitos que he conseguido incluir y que ha implicado un cambio importante en mi vida para bien. Además, de verdad que no es algo difícil de adquirir. Es agradecido desde el primer día, porque los resultados se notan solo empezar. Y no es para nada pesado de hacer. ¿Te animas a marcarte 5 objetivos diarios?