Cambio de tiempo, cambio de armario

 Sin duda, el frío ha llegado a nuestras vidas, y si eres frioler@ como yo, lo llevarás notando ya desde hace unos días. Así que yo hace un par de semanas ya me puse con el cambio de armario para que la bajada de temperaturas no me pillara por sorpresa. :)

El cambio de armario puede ser algo pesado de hacer para muchos, pero yo me he demostrado que puede ser un ejercicio estupendo para autocuidarnos, y que, si lo hacemos a conciencia y con cariño, puede influir en nuestro humor cada mañana. Si tenemos un armario cuidado, con la ropa que realmente necesitamos,  que nos guste y con la que nos sintamos a gusto, ordenado y que sea agradable de abrir todos los días, convertiremos el momento diario de vestirnos en algo más que eso, porque como decimos siempre, cuidar nuestra imagen influye directamente en nuestro estado de ánimo.

Así que, tanto si tienes toda la ropa de invierno en cajas debajo de la cama y tienes que reorganizarlo todo, como si tienes un vestidor enorme en el que te cabe ropa de verano e invierno, te recomiendo que dediques este rato cada vez que llegue una nueva estación. No se trata simplemente de cambiar las cosas de lugar y de poner más a la vista la ropa de abrigo, sino de ir un poco más allá y hacer un cambio de armario que podamos aprovechar en todos los sentidos.

A mi personalmente, me funcionan una serie de pasos, que me ayudan a conseguir un nuevo armario con el que ilusionarme cada estación y que me ayudan a dedicar un tiempo de calidad a mi imagen cada mañana. Y, como no, hoy los comparto con vosotros :)

1. PREPARAR 3 BOLSAS (DAR/GUARDAR/ARREGLAR). Mi regla de oro en mi armario es "todo lo que hay en él me gusta y me lo puedo poner". Es decir, procuro que al abrir mi armario no haya ropa que ya sé que no me pondré en toda la temporada porque no me vale, porque ya no me gusta o porque está rota o manchada. Así que, mi primer paso al cambiar el armario es preparar tres bolsas: una para la ropa que quiera dar, otra para la ropa que quiero guardar cómo recuerdo (en esta sólo me permito guardar 2 o 3 prendas como mucho) y otra para prendas que tengo que arreglar, lavar de forma más especial, etc.

2. SACAR TODA LA ROPA DEL ARMARIO. Sacarlo todo me ayuda a ver realmente lo que tengo y luego poder reorganizarlo de verdad y guardarlo de la forma que me sea más práctica. Es importante ir mirando prenda por prenda y si hace falta, probárnosla, para ver qué hacemos con ella. En mi caso, voy sacándolo por tandas: primero pantalones, camisetas, camisas y jerseys, luego vestidos y faldas, después chaquetas y abrigos... y sin dejarme pijamas, ropa de deporte, complementos y ropa interior.

3. GUARDAR LA ROPA DE NUEVO. Y no guardarla de cualquier manera. La clave está en guardar toda la ropa de forma que sea práctica, analizando el espacio en el que vaya a caber todo mejor, y hacerlo de forma cuidada, para que todo esté a la vista y se vea ordenado.

¡Y eso es todo! Son solo tres pasos, y aunque es verdad que llevan bastante tiempo, es un tiempo súper bien invertido y que yo agradezco luego durante toda la estación. :) ¿Cuáles son tus trucos para hacer tu cambio de armario?